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Sue Aikens reforma su cocina en el Ártico con barniz casero hecho con ramas podridas de la tundra y vinagre.
En Kavik, a 317 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, vive Sue Aikens. Tras 40 años sin reformas, ha decidido remodelar la cocina del campamento. Durante las obras, no podrá cocinar para ningún cliente que llegue a Kavik.
Para la reforma, planea instalar nuevas alacenas de roble que barnizará ella misma. Como no dispone de tiendas donde comprar barniz, lo fabricará utilizando ramas podridas de la tundra, que contienen taninos, compuestos naturales presentes en la corteza, hojas y madera de los árboles. Para conseguir una coloración perfecta en la madera, mezclará los taninos con vinagre en lugar de usar agua.