GP DE CATALUNYA | 25 Y 26 DE MAYO
El mundial de MotoGP vuelve a España, en concreto a Cataluña. El Circuit Barcelona-Cataluyna, inaugurado en 1991 en Montmeló cuenta con un trazado muy especial en el que se han vivido que ya son historia del motociclismo.
El Circuit de Barcelona-Catalunya cuenta con una longitud de 4.657 metros, en los cuales se distribuyen 14 curvas, seis a la izquierda y ocho a la derecha. Los pilotos necesitarán la máxima concentración posible en algunas zonas, ya que, de lo contrario, podrían perder posición o incluso arriesgarse a una caída.
Una de esas zonas importantes son las curvas 1 y 2, donde los pilotos llegan después de una larga recta de meta, rozando los 310 km/h y necesitan reducir la velocidad de manera drástica hasta los 150 km/h, lo que a menudo da como resultado errores o maniobras espectaculares.
La curva 3, también conocida como Renault, es conocida por ser una de las más técnicas de todo el circuito, con velocidades que oscilan entre los 240 y los 260 km/h. Los pilotos tienen que soportar el impacto de grandes fuerzas laterales mientras consiguen trazar la curva para conseguir un buen tiempo en el segundo sector.
Poco después se encuentra la curva 5, al contrario que la "Renault", donde las motos pasan a bajas velocidades que rondan los 100 km/h en este giro a derechas. Si hablamos de este punto del circuito, nos vienen a la cabeza frecuentes derrapes que al final del gran premio han supuesto puntos, por lo que administrar bien la frenada y la entrada en la curva es crucial para defender la posición.
Otro punto crítico del circuito es la curva 10, conocida como La Caixa. Se trata de una curva lenta a la izquierda que nos ha dejado numerosos momentos memorables. En esta curva, los pilotos tienen una frenada intensa entrando en la zona hasta a 70 km/h, en la que deben colocar la moto para una entrada limpia y una salida rápida, manteniendo la velocidad hacia las curvas 11 y 12, que son cruciales para hacer un buen tiempo en la clasificación. En muchas ocasiones este punto es testigo directo de desastres, como el sucedido en 2019, cuando Jorge Lorenzo se fue al suelo y provocó la caída de otros tres pilotos.
Desde el año pasado, el final del trazado es más emocionante que en temporadas pasadas, con la eliminación de la conocida chicane, además de alcanzar mayores velocidades y ver más adelantamientos en línea de meta. Los pilotos se ahorran quebraderos de cabeza, como el que tuvo Jack Miller en 2017, descalificado por hacer la versión de F1.
El trazado nos ha dejado momentos icónicos del motociclismo, como la rivalidad entre Valentino Rossi y Max Biaggi, que llegó a su punto álgido en este circuito cuando Valentino superó a Biaggi en una carrera emocionante y cargada de tensión cuando el italiano todavía era un novato.
Y es que "Il Dottore" ha tenido numerosos duelos sobre el asfalto de Montmeló, como en 2009, cuando se enfrentaba a Jorge Lorenzo. Valentino consiguió superar a su compañero de equipo en la última curva de la última vuelta, convirtiéndose en una de las entradas a meta más legendarias de MotoGP.
En 2016, el piloto italiano tuvo que medirse a uno de los mejores pilotos de MotoGP, Marc Márquez. Tras una intensa batalla entre las dos leyendas, la victoria fue para Valentino, que la dedicó a Salom, el piloto catalán que había fallecido el viernes anterior en un accidente durante los entrenamientos de ese mismo Gran Premio.