Vida bajo cero
Moverse dentro del campamento en los días más duros del invierno es una tarea peligrosa y difícil. Hay que tenerlo todo controlado.
Sue Atkins vive a escasos 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico y los inviernos en la zona son tremendamente duros y peligrosos. Cuando se ciernen sobre el campamento las tormentas invernales pueden durar días e ir acompañadas de grandes nevadas y fuertes vientos. Estar en el exterior es un serio riesgo para la vida, pero a veces es necesario salir del barracón para aprovisionarse, buscar gasolina o cualquier suministro. Por eso debe estar preparada.
La técnica que utiliza son las cuerdas de remolque. Se trata de un método sencillo pero muy eficaz que consiste en distribuir una serie de cuerdas a modo de guía por el campamento para poder moverse en el exterior y evitar perderse o que el viento te arrastre. Estas cuerdas son como unos salvavidas que le permiten a Sue buscar comida o cualquier otro suministro en el exterior incluso cuando hay una fuerte tormenta invernal. A través de esas cuerdas, Sue puede llegar a donde necesite agarrada con un mosquetón y sin miedo a caerse arrastrada por el viento o perderse en la oscuridad. De esas cuerdas depende su supervivencia.