Durante buena parte del primer milenio antes de Cristo el imperio cartaginés dominaba el mundo. Contaba con la armada más formidable que operaba desde la ciudad de Cartago. Sin embargo, tenía frente a sí a un rival temible. Roma estaba en plena expansión y quería quedarse con todo el Mediterráneo. Tras más de 100 años de guerras y conflictos entre ellos, Roma puso a Cartago bajo asedio.