Momento destacado
La navaja de fricción o también conocida como navaja de pieles, se popularizó en España en el siglo XVI después de que el Rey Carlos I promulgó una ley que prohibía llevar espadas o armas de hoja larga que no formaban parte de la nobleza. Su uso fue el atajo legal que encontró la plebe para seguir portando armas. Su uso se extendió por todos los rincones del mundo.